Las Jornades sobre Llengua e Inmigració comenzaron ayer con una ponencia en la que se abordó el caso de Eivissa dentro de la población inmigrante de Balears. Tòfol Sastre, del Institut Balear d'Affers Socials de la Conselleria de Benestar Social, explicó en su intervención el plan estratégico sobre la intervención de la población inmigrante de Balears para dar a conocer esta iniciativa. Sastre recordó que en la sociedad siempre hay un proceso de integración e inmersión. «Uno puede ser más reticente o facilitarlo, pero es cuestión de tiempo y ver cómo están establecidas las redes sociales». En las escuelas hay programas de acogimiento para facilitar este proceso. «El proceso natural es la inserción, no la discriminación», dijo.

Explicó que Eivissa cuenta con una elevada proporción de inmigrantes en comparación con la población autóctona: «El número de inmigrantes es mucho más elevado que en Menorca». Una situación que supone que «el despliegue de las administraciones para intervenir en este colectivo tenga que ser mayor». La intervención de los mediadores culturales «supone así un puente entre la población que puede hablar otro idioma», como ocurre con la población del norte de Eivissa.

En su opinión, el lugar de procedencia de los inmigrantes no supone un problema sino «la población extracomunitaria que ha aumentado mucho y no tiene los mismos derechos que la población comunitaria». Esta situación influye en que los inmigrantes no tiene acceso directo al resto de prestaciones de los ciudadanos como ayudas municipales.