Mercedes, una de las alumnas, arregla uno de los cajones de una cómoda familiar. Foto: K.TABERNER

Los más de treinta alumnos que se reparten en dos turnos de clases del IV taller de restauración y reciclaje de muebles están imbuidos en su trabajo desde hace ya varias semanas. El Centro de Información Juvenil de Sant Antoni es el espacio en el que se reúnen y el mes de abril la fecha límite en la que se dará por finalizado el curso y se inaugurará una exposición con los trabajos.

La profesora Pepa López, titulada en la escuela de carpintería artística y con dos años de estudios en restauración, se mostraba muy satisfecha por la aceptación que está teniendo el presente curso. «Este año las plazas se llenaron mucho antes y hay gente que se ha quedado fuera. Las autoridades deberían ocuparse más de organizar actividades de este tipo porque Eivissa tiene la suficiente solvencia como para ocuparse más de la cultura. Aunque la población también tiene que poner de su parte y demandarlo», comentó la profesora.

Martillazos, sierras o el sonido del papel de lija rascando la madera se mezclan entre sí durante todo el día en este particular taller de Sant Antoni. Mercedes acude por segundo año consecutivo y este año se ha propuesto arreglar una cómoda que pertenecía a sus abuelos. «Fue un regalo de boda, pero como mi abuela murió hace ya muchos años mi abuelo había terminado por tirarla», contaba. Hoy todavía presenta un aspecto desvencijado, pero dentro de unos meses su familia no reconocerá ese mueble que un día fue viejo.