De los 32 kilómetros de tuberías del proyecto de interconexión de
las desaladoras de Eivissa y Sant Antoni ya se han colocado 21
kilómetros, según aseguró ayer un portavoz de la Conselleria balear
de Medi Ambient, que añadió que la fecha para que el enlace esté
listo se ha aplazado a mediados de diciembre. Cuando comenzaron las
obras, la titular de esa Conselleria, Margalida Rosselló, aseguró
que sería operativo en verano. Finalmente lo estará en invierno.
El portavoz señaló que las tuberías que aún deben instalarse
corresponden a los ramales que unen Sant Rafel con Eivissa y Santa
Eulària, pero no especificó cuántos kilómetros faltan en cada uno.
Según los cálculos de Medi Ambient, sólo faltan siete kilómetros
para concluir. Pero descontando el kilómetro de la primera sección,
que ya estaba construido antes de comenzar el proyecto, y teniendo
en cuenta que ya se han colocado 21 kilómetros, faltarían 10
kilómetros, no siete.
Durante los últimos días se han estado colocando tuberías en los
arcenes de la carretera que une Puig den Valls con el hipódromo de
Sant Rafel, que posteriormente serán enterradas. Precisamente, el
tramo de conducciones entre Sant Rafel y Eivissa tiene siete
kilómetros, justos los que Medi Ambient dice que faltan.
Respecto a la construcción del depósito regulador de Sant Rafel,
el portavoz de la Conselleria explicó que no podrá acometerse hasta
que la Comisión Insular de Urbanismo (CIU) informe sobre el interés
general de la obra, requisito necesario para que el Ayuntamiento de
Sant Antoni pueda conceder la segregación de la finca donde se
ubicará. Esa instalación tendrá una capacidad de 2.000 metros
cúbicos, por lo que no se empleará para almacenar agua sino como
una especie de by-pass entre las desaladoras.
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