La consultora externa contratada por el Ayuntamiento de Eivissa para elaborar un informe sobre el funcionamiento de la planta de tratamiento de aguas residuales de Eivissa señala como principal problema del sistema el último paso del cauce antes de ser vertido al torrente. Este paso, de depuración biológica para la eliminación del nitrógeno, está sin un edificio de cobertura lo que, «debido al proceso de depuración elegido, puede ser causante de olores molestos para los vecinos de la planta», según recoge en el dossier entregado esta misma semana al Ayuntamiento de la ciudad.

Un grupo de especialistas de la empresa Vivendi Water Systems visitó la planta «con total libertad», según fuentes municipales, para comprobar «realmente» el estado de la depuradora y las obras que se están acometiendo para acabar con uno de los principales problemas medioambientales que afronta este consistorio. Por lo que se desprende del estudio, el funcionamiento es, con excepción de este punto, bastante satisfactorio a pesar de que en él se apunta que quizás con un estudio más exhaustivo pudiera mejorarse. Por esa razón, los consultores señalan que «la inversión prevista para cubrir esta instalación con un edificio desodorizado (...) solucionará el problema».

También hacen mención a los olores en el sistema de alcantarillado localizados ya en un estudio anterior realizado por la empresa Aqualia para decir que su impresión es «que se están tomando medidas correctivas que aparentemente solucionarán el problema, aunque también señalan que «para determinar con más exactitud la idoneidad de estas medidas y si la operación de las instalaciones pudieran aún optimizarse con miras a reducir más el impacto ambiental de las mismas se necesitaría realizar un estudio más profundo».