Los datos de ocupación de la planta hotelera abierta (que ya no es del 100 por ciento) en la primera quincena de octubre hablan de una caída generalizada en todas las zonas turísticas de Eivissa y Formentera, con una media de descenso del 14'8 por ciento. Estos datos, según el presidente de la Federación Empresarial Hotelera, Pedro Matutes, confirman la «nula desestacionalización» que se está registrando en las Pitiüses, con una tendencia «cada vez mayor» hacia «la pérdida de mercado en los meses anteriores y posteriores» a los clásicos de vacaciones (junio, julio, agosto).

Por áreas, en la de Eivissa se observa una caída del 11 por ciento (53'8% de ocupación frente al 60'3% del año pasado); en la de las Calas de Sant Josep, el bajón ha sido del 24'8 por ciento (52'4% frente al 69'8 por ciento del año anterior); en la zona de Sant Antoni y su bahía el bajón ha sido del 21'2 por ciento (52'9 por ciento frente al 67'1 por ciento de 2001); en el norte de la isla se ha registrado una caída del 7'7 por ciento (los hoteles han estado al 70'4 por ciento frente al 75'5% de 2001) y en Santa Eulària los hoteles han notado un descenso de ocupación del 10 por ciento con un 67'9 por ciento de lleno frente al 75'5 que registraron en 2001.

La caída en Formentera rebasa con creces la media pitiusa al llegar al 30 por ciento, un dato espectacular. En 2001 los hoteles de la isla estaban al 66'9 por ciento en la primera quincena de octubre mientras que este año estaban al 47%. Matutes remarcó ayer que «no se puede seguir diciendo que se es líder» cuando las cifras hablan «de pérdida de liderazgo» en la evolución temporal y en los meses intermedios.