13/10/02 0:00
Sol i mosques dicen los paisanos de Formentera para escenificar un día agradable, y así de feliz fue ayer el transcurso de las fiestas patronales del Pilar de la Mola, que se desarrollaron sin ningún contratiempo meteorológico de importancia pese al temor de organizadores y asistentes ante los caprichos de la naturaleza. Desde primeras horas de la mañana un fuerte viento, aunque no molesto, despejó el cielo que pudo lucir brillos azulados sobre la iglesia del Pilar engalanada con una profusión de banderas para rendir homenaje a la patrona del núcleo urbano más elevado de la isla.
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