Cuatro meses después de lo previsto, la empresa que gestiona la desaladora de Eivissa, Cadagua-Seragua, ha iniciado las obras para conectar esa instalación con la red de Gesa, según informó un portavoz de la Conselleria balear de Medi Ambient. De esa manera la planta recibirá la electricidad que genere la central y dejará de autoabastecerse con la que producen sus dos motores diesel, que proporcionan la energía necesaria para desalar hasta 10.000 metros cúbicos de agua, cuando funciona a tope.

El ruido que producen esos dos motores es una de las causas por la que los responsables de Medi Ambient decidieron conectar la desaladora con la central. La machacona vibración molesta desde hace años a los habitantes de Puig den Valls y a veces es perceptible en lugares alejados como el puerto deportivo de Marina Botafoc.

La conexión estará lista «en tres o cuatro meses», según el portavoz de la Conselleria. Las obras que se llevan a cabo ahora consisten en «adaptaciones» en el interior de la instalación.