Nicolás González, del colegio sa Graduada; Víctor Langreo, de Can
Cantó; Ana María Gregorio, de sa Blanca Dona; Juan Tirado, de
Portal Nou; Francisco Javier Lapuente, de Can Misses; Pedro
Sansano, de Sa Bodega; Juan Sánchez, de Cas Serres, y Juan
Rodríguez, de Poeta Villángomez. Estos son los nombres de los ocho
bedeles contratados por el Ayuntamiento de Eivissa y los colegios
respectivos. Todos tienen alguna relación con el centro, por
proximidad de su domicilio o, en otros casos, porque han estudiado
en ese colegio.
El alcalde, Xico Tarrés, presentó ayer oficialmente a estos ocho
bedeles que están en los colegios del municipio desde primeros de
septiembre. Los bedeles realizan no sólo tareas de mantenimiento de
los centros, como regular el uso de la calefacción o la
iluminación, sino que «se ha ido más allá, ya que la educación es
algo importante y queremos que en este municipio sea algo
prioritario». En este sentido, Tarrés incidió en la importancia de
la labor del bedel en un colegio: «Son un poco maestros,
psicólogos, directores, fontaneros. Son los que serán la referencia
de una escuela dentro de unos años y queremos que sea una imagen
potente».
Los bedeles serán así los 'responsables' de la conservación de
la escuela, ya que realizarán también funciones de vigilancia y las
reparaciones necesarias. Respecto a la continuidad de estos
trabajadores municipales, Tarrés aseguró que no es una iniciativa
de carácter puntual: «Ha costado mucho dinero al Ayuntamiento,
156.000 euros anuales, pero quedarán. Si dejan de trabajar para el
Consistorio será porque otra administración se hará cargo». Sin
embargo, declaró que «nadie tendrá narices a quitarlos». De igual
modo, se refirió a la iniciativa de pagar los libros de texto.
«Nosotros lo asumimos», afirmó.
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