Formentera se une al Caribe

Marichalar explicó que este hermanamiento simbólico es uno más de los que llevó a cabo a lo largo de su periplo marino a través del «gran desierto azul» como poéticamente denominó al océano Atlántico, ya que hubo intercambio de banderas de Canarias con Antigua, la primera isla que avistó en el Caribe, de Miami con Pamplona, Florida con Navarra, Washington con Madrid y de New York con Roma entre otros lugares. El deportista recordó que la mayor parte de su preparación la llevó a cabo en Formentera, concretamente en la zona de Illetes donde se acostumbró él y «su piel a convivir permanentemente con el agua salada porque sabía que iba a pasar mucho tiempo en estas condiciones».

Asimismo, Marichalar se esforzó en ganar peso para aguantar el esfuerzo y los cambios de temperatura. Tras rememorar los avatares de su odisea marina remarcó que el mejor día de navegación fue el que transcurrió cerca de Formentera como si la isla le agradeciera el tiempo pasado en ella. Planteada como un reto personal, la aventura tenía además el valor añadido de concienciar a los jóvenes de que el deporte es una sana opción de vida, insistiendo en la peligrosidad del alcohol y las drogas que muchos adolescentes toman por aburrimiento, «una adicción que les acaba destruyendo como personas», dijo Marichalar., Marichalar tiene previsto seguir su tarea de concienciación y estímulo a la juventud dentro de una fundación que preside la reina de España.