Algunos de los autobuses utilizados ayer en el primer día de curso son de líneas regulares y se han adapatado para el transporte escolar. Foto: K.T.

Más de 10.000 alumnos de educación infantil y primaria volvieron ayer al colegio en Eivissa y Formentera con problemas de masificación y las ratios muy elevadas en la mayoría de los centros centros debido a las matriculaciones extraordinarias y la falta de infraestructuras necesarias para poder atender la demanda.

Algunos alumnos de educación infantil han tenido que retrasar su vuelta al colegio debido a las obras pendientes de realizar. Así ha sucedido en el colegio de Sant Rafel, que empezarán mañana las clases los 23 alumnos de un grupo de infantil. El inicio del curso para 15 niños de cinco años de infantil en el colegio Portal Nou se retrasará, en cambio, dos semanas, como plazo máximo, debido al aula que está pendiente de realizar. El vestíbulo del edificio del colegio se ha dividido en dos partes para tabicar y realizar la nueva aula y atender todas las demandas necesarias. La aula externa de Santa Eulària, que se encuentra en el edificio parroquial, tampoco estaba preparada para iniciar las clases.

Este curso escolar 2002-2003 también se ha caracterizado porque habrá niños que no puedan ir a clase en su colegio más cercano a su domicilio por la falta de plazas. La Conselleria ha tenido que resolver este problema utilizando el transporte escolar y ampliando las rutas escolares. Entre las incidencias a destacar se encuentra que uno de los autobuses no pasó a la hora en la que tenía que recoger a los niños, dentro de las nuevas rutas.

El delegado insular d'Educació, Antoni Marí, calificó ayer como «normal» este inicio del curso. No obstante, dijo que «este curso se presenta con problemático, difícil y complicado», si se sigue con el goteo constante de alumnos debido a la escolarización extraordinaria, que ya ha complicado este inicio del curso.

Ante las críticas de la oposición, Marí recordó que «se hicieron las gestiones oportunas en 1999», pero han tenido una serie de problemas que han ralentizado esta gestión aludiendo a las dificultades por la firma de convenios con las administraciones locales y las obras desiertas. «Si hubiéramos podido hacer, dentro del ritmo que calculábamos, todo lo que había, se podía tener el Conservatorio, S'Olivera, los institutos y la ampliación de Sant Rafel».