Sus nombres no son mundialmente conocidos como el de Carl Cox, pero a ellos no parece importarles mucho. Son cuatro jóvenes discjockeys ibicencos que se conforman con pinchar simplemente para pasarlo bien, sin plantearse el vivir de la música. Por extraño que pueda parecer no suspiran con ser contratados por una macro discoteca, sino que prefieren reunirse para darle vida y marcha, como lo harán hoy, a unas fiestas patronales.

Moya, Ruby, Vidal, Joe y Shalim, quien no pudo acudir a esta entrevista, serán esta noche, a partir de las 23'30 horas, los protagonistas de la cita que dará el pistoletazo de salida a las fiestas de Sant Miquel: Techno-Trance Sant Miquel 2002, que se celebrará en el campo de fútbol de la localidad.

Sin timidez y con seguridad se lanzan a hablar del negocio de la música, de Eivissa, de sus vidas y de lo que se tercie. «Sí, los discjockeys de la isla estamos bastante infra valorados, afirma sin dudarlo Ruby. «Los de aquí en verano pasamos a un segundo plano; en los carteles de las discotecas no aparece nunca el nombre del Dj de aquí, pone 'residentes' o ni siquiera eso», añade Moya.

Musicalmente hablando se quedan con el invierno, con los bares y la gente de Eivissa. Unos años que parecen recordar con algo de nostalgia, noches en que las discotecas se llenaban a reventar, porque ahora, según comentaban algunos de ellos, «la gente se ha cansado y además, no conoces a nadie de los que pinchan».