Antonio Costa, responsable de las bodegas de Can Maymó y de Can Rich, tiene claro que las inesperadas lluvias que han caído en las Pitüses, especialmente en agosto, tienen una doble lectura en relación a la producción vinícola autóctona: «Eran necesarias porque llevábamos ya tres años de sequía, pero precisamente en agosto, cuando falta poco para la vendimia no es bueno porque la uva crece demasiado», explica. En su opinión, es «impepinable» que, aunque este año la cosecha haya aumentado debido a la lluvias, la calidad del producto se vea mermada.

En el caso de estas dos bodegas la recogida de la uva se encuentra ya avanzada. «Ya hemos recogido la tempranillo, la merlot y la cabernet. Sólo falta la monastrell, que es la autóctona y la más tardía», puntualiza Costa. La tirada de rosado y blanco se comercializará a primeros del próximo año. Por el contrario, la bodega Vins de Tanys Mediterrànea, de la que se ocupa Javier Escandell, propietario a su vez de la tienda Enotecum, y el enólogo Felipe Boned, ha decidido retrasar la recogida de la uva, al menos dos o tres semanas. «Nos dedicamos sólo al tinto y lo primero que madura es el blanco; además, no tiene sentido cortar ahora porque la uva tiene agua», comenta Boned. Las cinco viñas de las que se ocupa esta nueva bodega están situadas en su mayoría en la zona de Sant Josep, una de las menos afectadas por las recientes lluvias. Aún así, este enólogo comparte con Toni Costa la opinión de que «en general, no es un buen año».