EUGENIO RODRIGUEZ La piscina de es Raspallar, dependiente del Consell Insular, acumula una lista de espera para hacer uso de ella de más de dos años. Actualmente hay 1.800 usuarios de la piscina (1.100 abonados, 500 de ellos con monitor) y 1.900 personas pendientes de una baja para conseguir una plaza.

La cosa se complica más en el caso de que el ciudadano quiera seguir un curso con monitor (1.200 personas en lista de espera), especialmente los más pequeños, dada las limitaciones que hay en el número de plazas. El Consell Insular, eso sí, da absoluta prioridad a las personas que precisan del uso de la piscina por prescripción médica.

La actividad en la piscina, de 25 metros de largo por 16'5 de ancho es frenética desde las 8 hasta las 22 horas, siendo las primeras horas de la mañana, con la afluencia de colegios y escuelas de verano, y de las 17 hasta las 20 horas las dos franjas horarias con mayor presión.

Los responsables de la piscina de es Raspallar realizan un control del uso que hace cada abonado de la piscina. «Cuando una persona lleva un tiempo sin aparecer por la piscina se la llama para saber si ya no está interesada en seguir con la actividad, pero en ningún caso se le puede dar de baja por ello», explica el coordinador de la piscina, Santiago Camarero. También hay listas de espera en las otras piscinas municipales de la isla (Can Misses, Sant Josep y Santa Eulària), pero con una proporción muy distinta.

Así, la piscina de Can Misses, dependiente del Ayuntamiento de Eivissa y con 1.000 usuarios aproximadamente, tiene también tiene lista de espera para utilizarla libremente, pero, según el concejal de Deportes, Roque López no llega al año.