El nuevo curso escolar está a punto de empezar pero antes hay que despedir a las escuelas de verano que ayer, con el fin del mes de agosto, paradójicamente, colgaron el cartel de cerrado por vacaciones. Durante el verano el objetivo de estos colegios ha sido ofrecer un servicio social, didáctico y lúdico a los más pequeños de la isla. Para este gran día todas las escuelas realizaron su particular fiesta de despedida. La música fue el condimento principal con las interpretaciones a cargo de los niños de las canciones más sonadas de esta temporada estival, como el movido 'Aserejé' y los éxitos de los chicos de Operación Triunfo.

En el colegio de Can Coix, la canción de las Ketchup fue la pieza estrella de una jornada en la que los juegos, los ganchitos y los refrescos no faltaron para decir adiós a los monitores y compañeros con los que tanto se han divertido durante el verano. En el municipio de Sant Antoni cada escuela tiene personalidad propia. Mientras que en Can Coix se han centrado en actividades deportivas, los colegios de Cervantes y Sant Rafel que también abrieron sus puertas en los meses de julio y agosto para entretener y educar a los niños, dedicaron este tiempo a la labor sociocultural y artística, respectivamente. Los alumnos de Cervantes visitaron ayer el rancho Can Dog, despidiéndose de la escuela de verano a lomos de un caballo. Mientras que los de Sant Rafel tuvieron un día pasado por agua, divirtiéndose y sumergiéndose en las instalaciones de Aqualandia, lugar elegido para su particular cierre del curso estival.

En Santa Eulària dijeron adiós al verano con una jornada de lo más musical, con un concierto en el que participaron los alumnos tocando diferentes instrumentos de percusión y una gimkana consistente en encontrar en un tiempo mínimo con los ojos tapados objetos como tambores, triángulos o cencerros. El centro de sa Blancadona, al igual que los demás, despidieron a sus alumnos veraniegos con una fiesta por todo lo alto en la que no faltaron los payasos que tanto gustan y divierten a los más pequeños. Los globos de colores decoraron el patio donde se montó el sarao del «¡hasta el verano que viene!».