La Colla Brisas de Portmany a su salida de la iglesia. Foto: V.FENOLLOSA.

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Al igual que sucedió en Sant Llorenç el pasado 10 de agosto, en que le lluvia hizo que la fiesta más calurosa de todo el verano se convirtiese en una jornada pasada por agua, en Sant Antoni ayer sucedió algo similar. Las nubes y el viento frío obligaron a muchos de los asistentes a la misa solemne de la tarde-noche a sacar la chaqueta del armario para asistir al oficio religioso y actos posteriores.

Como buen anfitrión el alcalde de Sant Antoni, Antoni Marí Tur, fue una de las primeras autoridades en acudir a la Plaza de la Iglesia, lugar por el que fueron desfilando diferentes personalidades como la presidenta del Consell Insular, Pilar Costa, el conseller de Turisme, Josep Marí Ribas, la directora insular, Marienna Sánchez Jáuregui, el senador Enrique Fajarnés y diferentes concejales del equipo de gobierno local de Sant Antoni que ocuparon las primeras filas de bancos del interior del templo.

El párroco de Sant Antoni, Vicente Colomar, fue el encargado de oficiar la misa solemne que estuvo amenizada por el coro parroquial y los componentes de la Colla Brisas de Portmany. Fue precisamente esta agrupación folklórica la que abrió el paso a las autoridades al finalizar la misa y la que dirigió al público hasta el Passeig de ses Fonts para seguir la actuación que estuvo protagonizada por el grupo Virgen de la Vega de Murcia.

Los murcianos bailaron y cantaron piezas variadas de su repertorio formadas principalmente por danzas ceremoniales vestidos con el traje de lujo del Marqués de Molins. La vistosidad de sus bailes arrancaron los aplausos de decenas de personas que siguieron la actuación.