Un supermercado a medio cerrar por la tarde, helados derritiéndose y cajas registradoras inoperativas. Foto: MARGA FERRER.

Ascensores, máquinas registradoras, cajeros automáticos, bombas de agua, paneles y ordenadores dejaron de funcionar casi simultáneamente en las Pitiüses a las 12'23 horas de la mañana de ayer. Una tormenta con fuerte aparato eléctrico en la zona de Santa Eulària hizo «caer» un grupo generador y causó la desestabilización en cadena de todo el sistema eléctrico de Eivissa y Formentera, dejando sin corriente un máximo de una hora a los aproximadamente 70.000 abonados de la suministradora Gesa Endesa.

Sin embargo, la situación se complicó para 2.000 clientes de la compañía en Santa Eulària, donde el corte de luz se prolongó hasta las 21'00 horas de la noche (según las previsiones de la compañía). El portavoz de Gesa manifestó que la tardanza en reparar el suministro en esta zona se debió a que la misma línea sufrió tres averías simultáneas. Poco a poco las brigadas fueron reponiendo fragmentos sin que fuese posible restablecer el suministro inmediatamente en varias urbanizaciones del municipio.

Los vecinos y empresarios de Santa Eulària afectados por el apagón se mostraban casi más disgustados por la «falta de información» recibida por parte de Gesa sobre la evolución de la avería que por los daños y molestias en sí, que no eran pocos. Desde el vecino que no podía encender la luz de su casa o estaba sin agua porque las bombas funcionan con corriente eléctrica, a los empresarios que se vieron obligados a cerrar tiendas o que comprobaban cómo los congelados (barras de helado, pescado, verduras, entre otros) se echaban a perder en las cámaras. Sin luz, bares y cafeterías no pudieron servir cafés y tuvieron que hacer cuentas a mano o con la calculadora.

Con respecto a las quejas, Gesa Endesa pidió ayer disculpas a los clientes de Eivissa y Formentera por las molestias y señaló que intentan, en la medida de lo posible, informar de la evolución de las averías. La compañía señaló ayer que el 65% de la avería se subsanó en un plazo de 15 minutos. Una hora más tarde, a las 13'24, llegó la corriente a Formentera y las zonas más alejadas de la isla de Eivissa como Portinatx. A pesar de las lógicas molestias que provoca un apagón, la corta duración del mismo "salvo en Santa Eulària" no supuso pérdidas ni grandes perjuicios.

La Dirección General de Protección Civil alertó ayer a la Delegación del Gobierno de Balears ante la previsión de fenómenos meteorológicos adversos a lo largo del día en forma de fuertes lluvias. Según informó un portavoz del organismo, había una gran probabilidad de chubascos tormentosos muy fuertes de más de 30 litros por metro cuadrado en una hora, que podrían ir acompañados de granizo de más de un centímetro de diámetro en Eivissa y Formentera. Sin embargo, al cierre de esta edición la situación parecía menos grave ya que se había detectado la tormenta que provocó la avería y chubascos aislados en zonas como Jesús y Sant Llorenç.

Una avería en cadena que dejó sin suministro a las dos islas a la vez
La isla de Formentera, repleta de turistas, vio restablecido su servicio una hora después de que se cortase la luz. Durante el tiempo en el que se prolongó el corte se podían encontrar imágenes curiosas como la de decenas de usuarios de cajeros automáticos esperando turno para poder sacar una cantidad tras intentarlo sin éxito durante el apagón. Muchas oficinas se vieron obligadas a parar por completo su actividad y no era raro ver al personal de las entidades bancarias conversando, al no poder acceder a su terminal de ordenador. La magnitud de la avería que llegó a Formentera se explica por la violencia con la que resultó dañado el generador de Santa Eulària provocó una reacción en cadena que paró, literalmente la central de Gesa. La compañía concentraba sus esfuerzos ayer noche en la avería de Santa Eulària.