Cuando parecía que la tradicional escapada de los Aznar a las Pitiüses en este atípico verano de 2002 ya no iba a tener lugar, se produjo de nuevo ayer en el puerto deportivo de Ibiza Nueva a bordo del Aiglón. El velero del ex ministro de Exteriores Abel Matutes con la tripulación al completo volvió a albergar al presidente del Gobierno, su esposa, Ana Botella, y al hijo menor de ambos, Alonso.
El matrimonio Aznar, que voló procedente de su retiro estival menorquín en Son Camaró, una casa rústica situada entre los términos municipales de Ferreries y es Migjorn, llegó al aeropuerto de Eivissa en un vuelo especial procedente de Maó pasadas las 13'00 horas. Una vez en tierra José María Aznar volvió a conducir el Mercedes en el que le acompañó de copiloto su anfitrión, Abel Matutes, Ana Botella y el pequeño Alonso en una comitiva especial formada por una decena de vehículos que escoltaron al presidente hasta las escaleras del Aiglón cortando el tráfico a lo largo de todo el trayecto por motivos de seguridad.
En Ibiza Nueva la directora insular de la Administración General del Estado, Marienna Sánchez Jáuregui, recibió a los Aznar Botella antes de que Neus Matutes, la anfitriona, saliera a recibir a sus invitados saludando efusivamente a Ana Botella. La señora Aznar, muy bronceada, lucía un sencillo conjunto de falda y camiseta blanca de tirantes anchos y un cinturón de estilo hippie muy informal. Muy relajados los Aznar se subieron enseguida a bordo del Aiglón y a penas contestaron a las preguntas del nutrido grupo de periodistas que esperaba la llegada del jefe de Gobierno. José María Aznar se limitó a decir que sus vacaciones estaban resultando perfectas y, respecto al próximo enlace matrimonial de su hija Ana con Alejandro Agag el próximo 5 de septiembre, dijo estar relajado. «No estoy nada nervioso», explicó mientras accedía a la cubierta del velero y se descalzaba para evitar contestar a las preguntas de actualidad política nacional.
Mientras la tripulación del Aiglón se preparaba para soltar amarras, José María Aznar aprovechó para saludar a los propietarios de los dos barcos amarrados a ambos lados del velero con el que se dirigiría rumbo a Formentera para disfrutar de una nueva jornada marinera en aguas pitiusas. Efusivo, Aznar intercambió unas frases con las tripulaciones de los dos barcos antes de hacerse a la mar cuyas condiciones para la navegación no resultaron óptimas a medida que avanzó la tarde.
La familia Aznar Botella, que repite vacaciones por segundo año consecutivo en Menorca, llegó a la isla el pasado día 2 de agosto para disfrutar de tres semanas de descanso que concluirán este domingo. Este verano la hija del presidente del Gobierno, Ana Aznar, y su prometido, Alejandro Agag, han centrado la atención de los medios informativos debido a la proximidad de su enlace matrimonial el próximo 5 de septiembre y el esguince de tobillo que ha sufrido en la última semana durante su estancia en Menorca y que no afectará a los planes de boda. Los tres componentes de la familia Aznar, muy bronceados, volvieron a surcar aguas pitiusas y a reencontrarse con el matrimonio Matutes, íntimo de la pareja gubernamental a la que invitan a descansar cada verano a bordo del elegante velero Aiglón.
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