El Ayuntamiento de Sant Joan ha ordenado la retirada de otras dos
antenas de telefonía móvil, tal y como contempla la nueva ordenanza
que regula la instalación de este tipo de infraestructuras en el
municipio. El Consistorio empezó a hacer uso del nuevo plan
regulador comunicando a la compañía Telefónica que dispone
definitivamente de un plazo de seis meses para retirar la
controvertida antena que se alza a apenas 25 metros del colegio
público. Lo mismo ha hecho ahora con otras dos, también próximas a
viviendas.
Una está en la zona del Port de Sant Miquel y la otra en Punta
Grossa (sa Cala de Sant Vicent). Ninguna de las dos cuenta con los
preceptivos permisos. Las empresas que gestionan estas
infraestructuras también disponen a partir de ahora de un plazo de
seis meses para reubicarlas en las zonas específicas que marca la
nueva ordenanza. «De momento ya se han iniciado los trámites para
retirar las tres antenas del municipio que están próximas a la
población. Hay otras antenas, también sin permiso, pero que no
están próximas a viviendas. Estas también tendrán que reubicarse en
las zonas determinadas para ello, pero hemos dado prioridad a las
más conflictivas», explica el alcalde de Sant Joan, Antoni Marí
Carraca.
Pese a que el Ayuntamiento dio máxima prioridad a la antena
próxima al colegio, las emisiones electromagnéticas que ésta emite
están por debajo del máximo que permite la legislación, según las
mediciones que realizó la dirección general de Tecnología e
Innovación, dependiente de la Conselleria de Innovación y Energía
del Govern, a petición del Consistorio ibicenco. La nueva ordenanza
contempla la concentración de todas las antenas de telefonía móvil
en un lugar específico que no cause ningún impacto en el medio
ambiente y preferentemente en suelo no urbanizable. La instalación
de nuevas antenas precisarán de la correspondiente licencia
municipal de obras y actividad, algo que no cumple casi ninguna de
las actuales.
Si alguna se alza en suelo no urbano requerirá, además, una
declaración de interés general por parte del Consell Insular. La
normativa municipal de Sant Joan se adapta perfectamente a la de
ámbito insular del Consell, que aún sigue en periodo de exposición
pública. Esta también establece zonas sensibles, como escuelas u
hospitales, donde no podrá haber antenas.
El límite de radiaciones permitido por la ordenanza de Sant Joan
corresponde con el fijado en el Real Decreto 1066/2001 de 28 de
septiembre acerca de las condiciones de protección del dominio
público radioeléctrico, restricciones a las emisiones
radioeléctricas y medidas de protección sanitaria frente a
emisiones radioeléctricas, dictado por el Gobierno. Sant Joan es el
primer municipio de Balears en aprobar una ordenanza de este tipo.
La polémica sobre estas antenas surgió el año pasado tras conocerse
que en el colegio García Quintana de Valladolid, próximo a una de
estas infraestructuras, había cuatro alumnos afectados por un
cáncer. Lo mismo le sucedió a otros dos menores que viven muy cerca
de este centro escolar.
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