Los capitanes de rápidos y ferries que operan a diario en el puerto
de la Savina exigen que la Autoritat Portuària de Balears ponga de
una vez por todas en funcionamiento un auténtico servicio de
control de tráfico de esa instalación en los meses de verano o que
elimine el actual, ya que «no sirve para nada». Las quejas se
orientan a la poca o nula eficacia de un servicio de «información e
instrucciones generales a buques», nombre con el que fue bautizado
por la Autoritat Portuària, que opera en julio y agosto y «poco o
nada» aporta a los capitanes que cada día entran y salen del puerto
de la Savina.
El servicio entró en funcionamiento en 1999 e inicialmente fue
asumido por celadores de la Autoritat Portuària de la Savina que
informaban a los rápidos y a los ferries a punto de entrar o salir
sobre si había alguna incidencia de relieve que pudiera dificultar
las maniobras de las embarcaciones. La teórica buena intención de
esta idea pronto reveló que una sola persona equipada con un walkie
talkie para ponerse en contacto con los barcos no era la panacea,
ya que el verdadero caos en época estival lo provocan los
innumerables yates que amarran en las marinas, los que fondean en
el exterior del puerto, a los que se suma un elevado número de
barcos dedicados a excursiones turísticas.
A partir de 2000, cada año se ha contratado a una persona
distinta para realizar esta delicada tarea sin que el servicio haya
mejorado lo más mínimo: «Es una imposición por parte de la
Autoritat Portuària que no sirve de nada, pero allá ellos», dice el
capitán de una embarcación que navega a diario entre Formentera y
Eivissa. Todos los capitanes y primeros oficiales consultados
coinciden plenamente en que si se quiere hacer un control de
tráfico eficaz, hay que dotarlo de unas infraestructuras mínimas,
ya que de otra manera «es una pérdida de tiempo y un gasto
inútil».
Según las personas consultadas, «dada la conflictividad del
puerto de la Savina en época veraniega lo que se ha de hacer es
montar un verdadero centro de control de tráfico», asegura un
capitán, mientras que otro apunta que «no es normal que el
controlador no tenga un sitio desde el que poder vigilar la bocana
y los movimientos internos y externos del puerto». En ocasiones la
persona que ejerce de controlador se sitúa junto a la luz verde de
entrada al puerto y tiene una cierta visión de lo que sucede, pero
«no dispone de una perspectiva global ni domina ambos lados de la
bocana», señala uno de los capitanes. Al mismo tiempo remarca que a
veces el controlador está «paseando o en una cafetería del puerto,
ya que no tiene un espacio físico desde el que realizar su
tarea».
El verdadero problema estriba, y también aquí hay una
coincidencia total, en «el desconocimiento de las normas de
navegación o el desprecio absoluto a las mismas de los que hacen
gala muchos de los patrones que en verano utilizan la Savina»,
afirma el capitán de una de las embarcaciones de alta velocidad de
mayor tamaño.
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