Los turistas asiduos a la playa de es Figueral han notado algo raro
este año. «Sí, la mayoría de la gente que acostumbra a venir cada
año, nos pregunta por qué el agua de la playa este año no es tan
clara», apunta el director del hotel Club Cala Blanca, Joan Ferrer.
A Vicenç Ferrer, que se ocupa de la concesión de hamacas y
sombrillas de la playa, también son muchos los turistas que le han
hecho la misma pregunta. «Hay muchos turistas que se han quejado
del agua. Algunos dicen que con las gafas de bucear no tienen
siquiera una buena visibilidad y otros creen que el agua está
sucia», dice.
Joan y Vicenç les explican a los bañistas que la turbidez del
agua, algo inusual en esta playa, se debe a la repososición
artificial de arena que la Demarcación de Costas, dependiente del
Ministerio de Medio Ambiente, llevó a cabo en abril para reponer
los daños del temporal del pasado mes de noviembre. «La playa está
perfecta, y ellos lo ven, pero es cierto que el agua ha perdido
claridad», dice Vicenç Ferrer.
Joan Ferrer, por su parte, cree que es cuestión de tiempo. «La
arena vertida lleva algo de polvo, que resta claridad al agua, pero
esperamos que más adelante recupere la transparencia que la
caracteriza», considera.
El geógrafo de la Universitat de les Illes Balears, Jaume
Servera, y el director general de Litoral del Govern, Onofre
Rullán, también geógrafo, dan una explicación científica a la
turbiedad del agua que provoca la regeneración de las playas. «La
calidad del sedimento que se extrae del banco de arena [es Racó de
sa Talaia, en este caso] es distinto del que hay en la playa y,
además, contiene más limo. El material del banco de arena es más
fino, por lo que se resquebraja con facilidad, creando un polvo
que, al remover el agua, provoca su turbiedad», apunta Servera.
«Cuando una playa se regenera artificialmente, nunca más se podrá
hacer la foto del agua transparente con la sombra de la barca
reflejada sobre el fondo del mar», añade Rullán.
Algo similar sucede en la playa de s'Aigua Blanca, según algunos
bañistas consultados por este periódico. El barco arenero vertió en
abril aproximadamente 70.000 metros cúbicos de arena en las playas
de es Figueral y s'Aigua Blanca. Posteriormente se trasladó parte
de esa arena a otras playas dañadas por el temporal. Por su parte,
Costas ha admitido que el mal estado del agua de la playa de Cala
Millor (Mallorca) se debe a la regeneración de arena que se hizo en
mayo. Los hoteleros de la zona incluso reclaman al Govern balear
que les ayude a encontrar una salida al problema ya que la playa
está muy sucia.
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