Pilar Abella posa en el interior de El Portalón de Dalt Vila el pasado viernes. Foto: K.T.

«Yo creo que empecé antes como aficionada, pero a los doce años fue cuando me puse a hacer cursos y actuaciones cada cierto tiempo. A los quince ya actuaba más en serio, a los diecisiete hice en Italia mi primera película con los hermanos Avati, «La prima volta» y, a los diecinueve, me fuí a Washington a estudiar la carrera de Actuación, Dirección y Producción de cine, televisión y teatro y, mientras estuve allí, hice algo de cine independiente, teatro y musicales en Brodway».

Èste es, a grandes rasgos, el curriculum de Pilar Abella, una joven actriz de 22 años con una sólida formación. Tras su aventura americana ha decidido regresar al mercado europeo, concretamente al español, donde en los últimos meses ha formado parte del reparto de «Federica de Bramante», de Tono y Jorge Llopis, dirigida por Pedro G. de las Heras en el Teatro Real Cinema junto a Charo Reina, Yolanda Arestegui y Jesús Cisneros entre otros.

«Me ha encantado este trabajo porque nunca había actuado en Madrid. Ha sido una experiencia de trabajo y de aprender de mis compañeros», explicó al respecto. Contenta de haber vuelto a Europa, ha actuado hasta hace quince días en Madrid. «He dejado la obra porque tengo un proyecto de cine en Italia. Me voy la próxima semana a Roma para empezar a ensayar con Pasquale Pozzecere una historia de triángulo amoroso que se rodará en Roma, Torino y Yugoslavia protagonizada por Stefano Dionisi», explica Abella, acostumbrada a no tener vacaciones en verano.

«El trabajo de actor nunca se acaba. Por eso, además de trabajar, me gustaría continuar estudiando. Una de mis metas es hacer una obra de teatro en el West End de Londres y para ello tengo planeado ir allí a hacer un curso y presentarme a cástings».

Con Shakespeare, Chekov, Sam Shapeard, Tirso de Molina, Zorrilla o Jardiel Poncela entre sus autores teatrales favoritos, Pilar ha hecho de todo, cine, televisión y teatro, y no le asustan los personajes difíciles: «Me gustan los personajes complicados, que tengan una faceta doble, hipocresías. Personajes poco claros», confiesa esta joven que este verano visita por primera vez Eivissa en plan familiar y prepara un guión por encargo para finales de año y, a ratos, cuatro cortos.