Las golondrinas no llegan a Eivissa como es habitual por cielo, sino que un año más con la llegada del verano las embarcaciones con este mismo nombre navegan por aguas del puerto de Eivissa. La comodidad, tranquilidad y las impresionantes vistas de la catedral que se divisan desde el «Illa Plana», «Playa Talamanca» y «El Corso», que son los nombres de las embarcaciones que hacen el trayecto desde el puerto de Eivissa a Talamanca, son lo que hace que este servicio siga funcionando.
Este servicio lo ofrece la familia Costa desde finales de los años 50. Lo inició el abuelo de la saga, Benjamín Costa, quien «aprovechó lo paradisíaco en aquellos años de la playa de Talamanca y que era la preferida por los ibicencos, para ofrecer este servicio novedoso en aquellos tiempos», según explicó su nieto Mariano Costa, patrón actual de las embarcaciones.
Antiguamente la gente cogía la barca por necesidad, ya que no existía otra manera de conexión entre el puerto y esta playa. La mayoría de gente que utilizaba este barco era gente de la isla. Eran tanto trabajadores de la zona de Talamanca como vecinos de Eivissa que iban a pasar el día a esta playa de moda en la época. No había transporte público que conectase estas zonas y prácticamente nadie tenía coche propio.
«Esto ha ido cambiando ya que los medios de transporte han aumentado y la zona de Talamanca ha perdido gran parte del atractivo que tenía en los años 60» decía resignado Costa. Así que, con los años, el viaje en este barco se ha convertido más que nada en un capricho. Por eso, últimamente muchos padres llevan a sus hijos a estas embarcaciones para hacer un divertido viaje que se sale de lo habitual. Y por último, quien más lo utiliza son los turistas que lo hacen como una novedad.
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