GUILLERMO ROMANÍ La llegada del mes de julio ha devuelto al aeropuerto de Eivissa la febril actividad de las avionetas que constituyen el apoyo aéreo a la flota atunera que opera al sur de Formentera. Finalizado el plazo en el que las aeronaves no podían orientar y conducir a los cerqueros franceses hacia los cardúmenes o molas de atún rojo, ya que la Unión Eeuropea prohíbe esta práctica en junio, las mismas avionetas han regresado al aeropuerto pitiuso y es habitual verlas sobrevolar Formentera cuando van a respostar a Eivissa y cuando vuelven de nuevo a la búsqueda aérea del atún rojo.

Mientras el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación está estudiando la posibilidad de incoar expedientes sancionadores a raíz de las evidencias que posee, queda claro que hay una diferencia sustancial de criterios a la hora de abordar el problema, ya que para el ministerio se trata de una falta administrativa que tan sólo conlleva multas económicas como explicó a este rotativo Juan Gil Gamundi, máximo responsable de la inspección pesquera, pero desde Eivissa, las actuaciones iniciadas en 2001 por la Fiscalía están encauzadas a discernir si dicha práctica constituye, porque hay evidencias que así lo confirmarían, un delito contra la flora y la fauna y por tanto con tratamiento penal y no administrativo.

El fiscal Manuel Campoy, que abrió de oficio en julio de 2001 el expediente que posteriormente remitió al Juzgado de primera instancia e instrucción nº 3 de Eivissa, considera que es imprescindible que «sean identificados los pilotos que utilizan el aeropuerto de Eivissa como base» para ver si coinciden con la lista de imputados en su escrito, de tal manera que «si son ellos que vengan a declarar de inmediato en los juzgados de Eivissa». «Está claro que si ahora los pilotos están aquí se ha de proceder de inmediato a identificarlos», concluyó el representante del ministerio público.