Nada más satisfactorio que ir al huerto para recoger el fruto que se ha plantado y cuidado durante meses. Y nada más reconfortante si se hace acompañado de buenos amigos, tal y como sucedió ayer en el huerto instalado en el colegio Can Coix de Sant Antoni. Los alumnos de 1º y 2º de Primaria dedicaron parte de su horario escolar a visitar por última vez el huerto ecológico instalado a principios de curso. Después de dedicar varias horas a la semana desde el pasado mes de octubre al cuidado de las distintas plantas y hortalizas, los chavales han obtenido la recompensa. Todo gracias a la supervisión de Antoni Martínez, el oficial de jardinería del Ayuntamiento encargado del mantenimiento de los huertos ecológicos de los centros del municipio.

Fresas, coles, guisantes, judías, pimientos, cebollas, patatas, lechugas, tomates y hasta más de una rosa, fueron a parar a las grandes bolsas que los aprendices de agricultor se llevaron a las aulas antes de proceder a su reparto para llevarse a casa y cocinarlas para compartir con sus respectivas familias.

En pequeños grupos, los alumnos se reencontraron con Antoni Martínez que se encargó de entregar los trofeos a los niños. «Este curso ha ido mucho mejor esta actividad práctica del huerto porque los niños, como ya lo habían hecho el año anterior, ya sabían trabajar la tierra y muchas de las tareas del día a día», explicó el jardinero, que comentó que el maíz de hacer palomitas «es el que más ilusión les hace a la hora de recogerlo».

Martínez señaló que los cambios bruscos de temperatura y las lluvias registradas en las últimas semanas han afectado a los resultados de la cosecha: «Hemos tenido imprevistos por los cambios de tiempo. Ha habido frutos que se han adelantado y otros que se han atrasado, como los tomates, melones, lechugas y maíz, aunque las cosechas más afectadas son las de la patata, lentejas y garbanzos», dijo.