L.F.A/R.L. El cruce de acusaciones entre patronales y sindicatos está caldeando el ambiente previo a la huelga. El secretario general de UGT en las Pitiüses, Diego Ruiz, advertía ayer a los trabajadores de presiones por parte de los empresarios, que calificó de «piquetes coactivos». Ruiz asegura que los empresarios están lanzando «duras advertencias» hacia los trabajadores «comunicándoles los perjuicios que un día de huelga les va a suponer como pérdida de salario y la falta de cotización a la seguridad social».

Por su parte, el sindicato CC OO envió ayer una carta al conseller de Treball, Eberhard Grosske, en la que denuncia que algunos empresarios de hostelería están privando a los trabajadores que han optado por secundar la huelga de sus viviendas habituales en los hoteles. CC OO anuncia también que presentará denuncias para que la Inspección de Trabajo y la Conselleria puedan actuar ante estas prácticas «deleznables» y adviertan a las empresas «de la ilegalidad que están cometiendo». Según la central sindical, en algunos de los hoteles donde los trabajadores tienen derecho a alojamiento se les está prohibiendo hospedarse en los mismos durante todo el próximo jueves, alegando que, dado que secundar el paro «supone una suspensión de su contrato, esos empleados no tienen derecho a su alojamiento habitual».

Por su parte, la Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (Caeb) advirtió ayer de las «graves consecuencias que la huelga general tendrá para la imagen turística» de las Islas, aún cuando se respeten los «insuficientes» servicios mínimos». La patronal considera que los mínimos decretados por el Govern balear son escasos y exige que «se cumplan estrictamente, sobre todo en transporte discrecional».