El ritmo de crecimiento de la construcción se está desacelerando
aunque esto no significa que haya una recesión o que el sector esté
en crisis. Así de claro lo dejaron ayer tanto el presidente de la
demarcación de Eivissa y Formentera del Col·legi d'Arquitectes de
Balears, Javier Planas, como el tesorero, Josep Ferrer, que
destacaron que la tendencia de la construcción, en general, «es a
normalizase» y «decrecer».
Otro fenómeno que han detectado los profesionales es que a pesar
de que va cayendo el total de proyectos (edificios enteros) ha ido
en aumento el número de viviendas (unidades). Así en 2001 se
visaron 655 obras que supusieron 2.246 viviendas mientras que en
2000 se habían visado 798 proyectos con 2.061 viviendas. Esto
significa que aunque se construyan menos edificios éstos son más
grandes.
Comparando entre los primeros cuatro meses 2001 y el mismo
período de este año se detecta un claro descenso en el número de
viviendas proyectadas que sumaban 511 a 30 de abril de 2001 y que
eran 470 en la misma fecha de este año, con un descenso del 8 por
ciento. Esta tendencia de caída «es buena tanto para el mercado
como para el desarrollo de la profesión porque se normaliza el
ritmo de trabajo», aseguraron. Por otra parte, matizaron que «no es
una crisis» sino que «ha habido hasta ahora un crecimiento anormal
con una tendencia a normalizarse», señaló Planas, respaldado por
Ferrer.
Con respecto a si la moderación del mercado se debe a la ley de
la oferta y la demanda o a las diferentes moratorias, Planas
aseguró que «son cosas paralelas». La moratoria «cumple una función
en el sentido de freno» pero «es el mercado el que marca el ritmo»,
apuntó.
Ferrer apuntó que el Col·legi d'Arquitectes ha detectado picos
importantes de subida cada vez que ha habido un rumor de moratoria.
«No está claro "señaló" si ha sido un freno o si ha sido un
incentivo en algún aspecto al acelerar los proyectos» antes de la
entrada en vigor de la prohibición.
La ciudad de Eivissa echa el freno a la
construcción
La pérdida del peso específico de los construido en la ciudad de
Eivissa en el conjunto de la isla se debe, según los arquitectos, a
la suspensión de licencias decretada por el Ayuntamiento. En este
caso tienen claro que la actuación administrativa ha tenido una
clara repercusión en el sector de la construcción. Eivissa ha
pasado de representar el 55 por ciento del total de lo construido
en la isla a sólo un 19 por ciento.
«Las normas de cupos han afectado y en la calle se nota la
reducción de la actividad constructora», señalaron los
representantes de los arquitectos. A pesar de las consecuencias de
las moratorias, Josep Ferrer está convencido de que el proceso de
desaceleración comenzó antes.
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