La primera parte del Plan Estratégico de Competitividad de Eivissa, en el que se recogen las amenazas y las oportunidades de la economía de la isla "para reducir unas y aumentar las otras" advierte de que la estacionalidad de la economía está excesivamente marcada, como demuestra la evolución de la apertura de la planta hotelera a lo largo de los meses.

En 2000 los establecimientos abiertos fueron del 6'5 por ciento en enero; del 8'8 por ciento en febrero; del 9'4 por ciento en marzo; del 9'7 % en abril; del 97'1% en mayo; del 100% en junio, julio y agosto y del 89'9 en septiembre. Esta estadística se completa con otra cifra aportada la por el conseller d'Hisenda, Joan Mesquida, que aseguró que el 84 por ciento de todos los turistas que entran por vía aérea en Eivissa lo hacen del mes de mayo al mes de septiembre. «Esto es una debilidad que actúa como un circulo vicioso», advirtió.

En el sector primario, el estudio del Govern constata que hay «grandes posibilidades» sobre todo en sistemas de producción de ganado o cultivos que tengan como característica principal la protección del medio ambiente. Estos productos «son valorados por consumidores informados y de alto nivel adquisitivo». Sin embargo, este sector sufre en Eivisa una carencia o debilidad básica que es la falta de mano de obra, de jóvenes que deseen trabajar en el campo por varios motivos, entre ellos, el exceso de trabajo en sector servicios y construcción.

La insularidad es otro handicap para que el sector de la agricultura prospere ya que exportar «se hace poco competitivo al encarecer los precios el transporte de las mercancías».