El salón de actos de la residencia Reina Sofía acogió la asamblea de Cáritas. Foto: K.T.

Cáritas ha detectado un aumento de «sin techo» procedentes del extranjero durante 2001. El crecimiento ha sido de un 9'6% en comparación con el año anterior convirtiéndose así en el primer punto de origen, según se recoge en la memoria de Cáritas Diocesana presentada en la asamblea celebrada ayer en la Residencia Reina Sofía. Durante el año pasado se atendieron a 117 transeúntes. La mayoría de ellos, 99, eran hombres. Los principales problemas vienen determinados por un entorno familiar desestructurado, falta de vivienda y de trabajo, consumo de alcohol, drogas y un bajo nivel educativo.

La edad de los beneficiarios está comprendida entre los 18 y 50 años. Cáritas detectó el año pasado «un aumento del grupo de edad comprendido entre los 31 y 50 años. Es sorprendente porque quienes deciden marcharse de sus lugares de origen no son los más jóvenes», se recoge en la memoria. El 31 por ciento de los casos atendidos no tiene vivienda y un 28% se encontraba en el albergue cuando recurrió a Cáritas, «lo que supone que casi un 60% no puede disponer de una vivienda con sus propios medios al llegar a la isla o poco tiempo después», dice. En cuanto a su situación laboral, el 30'1% son parados de larga duración.

Transeúntes e inmigrantes 'monopolizan' a la mayoría de beneficiarios del comedor social. El número de personas que recurrió a este servicio fue de 290, de los que 121 es inmigrante; 117, transeúnte; y 52, residentes. El año anterior se atendió a 278 personas. La media de beneficiarios al día fue de 11'5. En relación con el año pasado se ha registrado un aumento de 1'5 personas al día. Cáritas atribuye esta cifra al crecimiento de la población inmigrante procedente de países ajenos a la Unión Europea, principalmente de Sudamérica.

Otra de las actuaciones llevadas a cabo por Cáritas es el proyecto de inserción sociolaboral donde se desarrollan una serie de actividades destinadas a la readaptación en la sociedad de las personas en situación de exclusión. El año pasado contó con 22 personas: cinco de ellas encontraron trabajo, nueve permanecen en los talleres, seis se dieron de baja y dos no cumplieron los acuerdos. Dentro de este programa se enmarca el proyecto de orientación laboral, una iniciativa con la que se trata de hacerle más fácil el acceso al mundo laboral a aquellas personas con más dificultades, facilitándoles los medios técnicos y materiales. El número de personas atendidas se elevó a 195 y se facilitaron 195 prestaciones.