El año pasado se sacrificó en Eivissa un 26'8 por ciento menos de
cabezas de animales con respecto a 2000. Esta caída se debe a que
ese año la granja de Santa Gertrudis sacrificó toda su cabaña de
conejos (26.000 en total) y, desde entonces, no ha vuelto a criar
más. En total, el año pasado se sacrificaron 71.489 animales (sin
contar el consumo doméstico), 26.224 menos que el anterior.
La actividad en el matadero de Eivissa, sin embargo, sólo
disminuyó un exiguo tres por ciento: el año pasado se sacrificó en
la mancomunidad 8.649 piezas de ganado, por las 8.229 del año
anterior. En 2001 pasaron por las manos del matarife 37.095 kilos
menos que durante el año anterior, lo que supone un descenso del
nueve por ciento.
El matadero, no obstante, cerró sus cuentas hace dos años con un
balance negativo más acusado. En 2000 se sacrificaron en esta
instalación 8.829 animales, 1.641 menos que en el año anterior, es
decir, la producción descendió un 15'6 por ciento.
Por su parte, el resumen del pesaje anual de 2001 revela que el
descenso más acusado lo experimentó el ganado caprino. Respecto al
caprino mayor se produjeron 2.963 kilos menos con relación a 2000,
lo que supone un decremento del 47 por ciento. Asimismo también se
sacrificó un 47 por ciento menos de cabezas de este tipo de
ganado.
La producción de carne de porcino también acabó el año en
números rojos, con un descenso del 11 por ciento respecto al año
2000. Aumentó, sin embargo, el sacrificio de la cabaña de ovino
mayor (24 por ciento). Por municipios, la demanda de carne de la
isla disminuyó sobre todo en la ciudad de Eivissa (26 por ciento) y
Santa Eulària (22 por ciento).
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