Un barco-draga procedente de Bélgica llegará mañana a las Pitiüses,
según anunció el secretario de Estado de Aguas y Costa, Pascual
Fernández, para acometer la regeneración de las playas dañadas por
el temporal que asoló a las islas en noviembre.
Esta actuación ha abierto un debate sobre el impacto que esta
acción antrópica puede causar sobre este ecosistema del litoral,
sobre todo, en las praderas de posidonia. La Demarcación de Costas
justifica esta operación en un estudio elaborado por el Imedea y la
Universidad Politécnica de Valencia, que establece que la
reposición de arena puede ser incluso beneficioso para los bosques
submarinos de posidonia.
El investigador de Imedea Carlos Duarte recuerda que esta
actuación, por la cantidad de arena que se repondrá en las playas
de la isla (120.000 metros cúbicos), no tiene nada que ver con las
grandes regeneraciones de «millones de metros cúbicos de arena» que
se realizaron en el pasado en otros puntos del litoral del
estado.
El Govern balear, por su parte, exige al Ministerio de Medio
Ambiente que tan sólo reponga la arena que se llevó el temporal
para evitar que se deteriore aún más la salud de las playas del
litoral balear, una de las principales fuentes de ingreso de la
economía.
El geógrafo de la UIB Jaume Servera, especialista en el estudio
del sistema dunar en Balears, advierte de que cualquier actuación,
por pequeña que sea, origina un impacto. Las consecuencias de esta
acción, según este experto, afectan tanto a los procesos naturales
que se desarrollan en este ecosistema como a los intereses
humanos.
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