El secretario de Estado de Aguas y Costas, Pascual Fernández,
anunció ayer en Eivissa que el Ministerio de Medio Ambiente también
repondrá 3.000 metros cúbicos de arena en Talamanca, y que a su
vezse harán «otras pequeñas actuaciones en distintas playas». El
alcalde de Sant Joan, por su parte, también pidió ayer a Fernández
la regeneración de las playas del municipio más afectadas por el
temporal. Sin embargo, el estudio realizado por la Universidad de
Valencia y el Instituto del Mediterráneo de Estudios Avanzados
(Imedea), a petición del Ministerio de Medio Ambiente, para
acometer la extracción y reposición de arena en las playas del
litoral pitiuso sin causar impacto alguno a las comunidades de
seres vivos, especialmente las praderas de posidonia, aconsejan
sólo la regeneración en Aigua Blanca, es Figueral y Sant Antoni.
Pascual Fernández recordó que la extracción de arena en es Racó
de sa Talaia se realizará el próximo día 17 con un barco-draga que
llegará a la isla procedente de Bélgica. El científico del Imedea
Carlos Duarte explicó ayer que el impacto que provocará sobre las
praderas de posidonia la reposición de arena en la playa de Sant
Antoni es cero. El caso de es Figueral y Aigua Blanca es bien
distinto. Para evitar dañar la posidonia, Carlos Duarte advierte de
que se tendrán que tomar una serie de medidas. «Primero, la draga
no podrá fondear sobre la pradera, y, segundo, los tubos de
alimentación tienen que bordear la posidonia, o bien ir por encima
del nivel del mar sobre pantalanes», explicó.
Duarte destacó que estas actuaciones apenas tienen que alterar
el equilibrio de la dinámica litoral: «Hablamos de cantidades muy
pequeñas. La gente que ahora se opone a ello tiene en la mente las
grandes regeneraciones artificiales de playa de los años 90 que se
realizaron con millones de metros cúbicos de arena. Este no es el
caso ni mucho menos», apuntó el investigador del Imedea.
20 años sin poder extraer más arena
La
extracción de arena se hará sobre un área de explotación sin riesgo
de 42 hectáreas en la zona de es Racó de sa Talaia, a 200 metros de
las praderas de posidonia. El Imeea también impone una serie de
medidas muy precisas para evitar el impacto. «La extracción no
puede llegar más allá de los 20-30 centímetros de profundidad y
recomendamos que el dragado se haga de forma uniforme», explica
Duarte, que advierte de que no se podrá volver a extraer arena en
la zona hasta dentro de 15 o 20 años.
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