Los mayores de Cas Serres iniciaron ayer un programa especial de Semana Santa.

ÓSCAR DELGADO Eivissa se sumó ayer al inicio de la Semana Santa con el Domingo de Ramos, que se vivió de maneras diferentes en función de los puntos de convocatoria. Los mayores de la residencia asistida de Cas Serres bendijeron las palmeras a primera hora del día para participar en la procesión y en la Santa Misa; parroquias como la de Jesús demostraron mantener la tradición de los ramos con mucho arraigo y la Catedral de Eivissa ofreció al finalizar la Eucaristía un ágape de productos típicos de las Pitiüses.

El mensaje con el que comenzó la Semana Santa en todos los frentes se centró en la fidelidad, principio fundamental en el que hay que inspirarse según la Iglesia porque «es un valor capaz de dar testimonio a la verdad, resistiendo a las amenazas, a las incomprensiones y a la persecución dura y despiadada». Los recintos religiosos de las Pitiüses se llenaron de fieles que acudieron empujados por la tradición religiosa de acudir a la Eucaristía con los ramos para dar la bienvenida a una semana de devoción que culminará con el Santo Entierro de Cristo el Viernes Santo y el Domingo de Resurreción. Una última cita en la que los católicos deberían seguir los preceptos de la comunión, basados en que se debe comulgar al menos una vez al año coincidiendo con esa fecha.

Los feligreses de las distintas parroquias acudieron a las ceremonias ataviados con sus mejores galas y con los ramos preparados en las respectivas asociaciones de vecinos a lo largo de la semana como pretexto de encuentro. Por su parte, la residencia asistida de Cas Serres ha planificado una Semana Santa encaminada a que sus mayores no pierdan la oportunidad de cumplir con la Iglesia. Por la tarde visitaron a la cofradía del Cristo Yacente y disfrutaron de su banda de música hasta la noche.