Cincuenta kilogramos de pólvora exprimidos al máximo para provocar el mayor número de decibelios posible. La ley no permite instalar en Sant Antoni una mascletà con más peso, aunque Ricardo Cavaller, pirotécnico de Moncada (Valencia), hizo maravillas para que esa cantidad fuera los suficientemente ruidos como para avisar de que los valencianos de Sant Antoni comenzaban sus fiestas. Una jornada cargada de actos enfocados para todas las edades cuya convocatoria principal se concentró por la tarde con la ofrenda floral a la Virgen de los Desamparados en la iglesia.
Antes de afrontar la franja vespertina del día y la ofrenda floral los valencianos de Sant Antoni comenzaron ayer la jornada en la carpa instalada al lado de las fallas infantil y adulta junto al descampado de ses Variades. Después de la tradicional despertà y una chocolatada los falleros procedieron a tomarse el vermut para presenciar el espectáculo pirotécnico de la mascletà. Las calles adyacentes al lugar las cortó la Policía Local para evitar disgustos con los petardos y los Bomberos llegaron al mediodía por si por algún imprevisto hiciera falta su ayuda.
Mientras tanto, la carpa acogía un continuo ir y venir de personas que previo pago de unos vales fueron pidiendo las consumiciones para disfrutar de la jornada veraniega vivida ayer. Una hilera de petardos de unos 30 metros esperaba a que diera la una de la tarde para despertar a los que aún dormían. No fue hasta que en el lugar hicieron acto de presencia las falleras infantil y adulta -Perla Uriarte y Sandra Borrás- cuando el estruendo apareció. Las dos reinas de las fiestas pulsaron el botón que activó el sistema pirotécnico que provocó cinco minutos de ruido ensordecedor.
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