A lo largo de toda la mañana de ayer la capelleta recibió la visita de decenas de romeros.

E.E. La excursión a pie a la Capelleta d'en Serra volvió a reunir a decenas de vecinos de Sant Josep ayer en el Pou d'en Benet, lugar en el que se dieron cita cerca de un centenar de personas para subir en grupo y a buen ritmo hasta el pequeño templo levantado en 1919 por Vicent Serra. La cita de ayer, obligatoria desde hace más de doce años a principios de marzo, sirvió para recordar la historia de la capelleta y de su autor, Vicent Serra, un vecino de Sant Josep que emigró a finales del siglo XIX a Cuba y que con el estallido de la guerra en la isla caribeña prometió que si regresaba a su tierra sano y salvo levantaría una capilla en la cima de un monte propiedad de su familia.

A su regreso en perfectas condiciones a Sant Josep Vicent Serra construyó con sus propias manos el pequeño templo cuyo interior acoje un cristo de cerámica de su autoría. El lugar, al que los vecinos del lugar acudían antaño para hacer promesas de todo tipo, se encuentra plagado de objetos y regalos realizados por los fieles al crucificado y guarda dos glosas, «Creu d'en Serra» y «Dinou de març», en las que se recoge la historia de la construcción y su autor.

A lo largo de toda la mañana de ayer la capelleta recibió la visita de decenas de romeros que acudieron a la cita con el Cristo y el homenaje en forma de misa campal, que fue oficiada por José Luis Moyá en el altar situado unos metros más abajo del pequeño templo.

La excursión a pie hasta la ermita d'en Serra, en la que los participantes recorrieron a pie varios kilómetros de pendiente, finalizó con una animada torrada en los terrenos situados justo en el tramo final de la subida al templo, donde muchos romeros aprovecharon para pasar el día.

La de ayer era la primera vez que la Associació de Vesins de sa Raval organizaba esta salida en la que participó un gran número de personas, sobre todo mayores, que no se quiso perder la ocasión de saludar al Cristo que tantos favores les ha hecho en los últimos años disfrutando de un domingo campestre.