L os niños de 3 a 11 años del colegio de Puig d'en Valls comenzaron ayer por la mañana la segunda fase del proyecto de animación a la lectura iniciado en el primer trimestre con la elaboración de puntos de lectura. Una fórmula encaminada a eliminar el respeto que con esas edades tienen hacia los libros fuera de los que el profesorado les exige como obligatorios. La lectura de un cuento a cargo de una especialista contratada por el APA del centro y la posterior recreación del personaje principal con pinturas son los dos pasos que darán los alumnos en la biblioteca desde ayer hasta el jueves de la semana que viene.
Agarrados a una cuerda para que nadie se perdiera y acompañados por dos educadoras del colegio. Así se presentó el primer grupo de alumnos, de tres años de edad, a la biblioteca del colegio Puig d'en Valls para asistir a la sesión de cuentacuentos que inauguró una semana y media de animación a la lectura. Fina Serra -profesora contratada por el APA como cuentacuentos en actividades extraescolares- fue la encargada de contextualizar la historia de un duendecillo y de animar a que los pequeños dibujaran al terminar la narración cómo se imaginaban ellos al protagonista.
En la primera fase del proyecto de animación a la lectura los del primer trimestre del curso los alumnos pintaron unos puntos de lectura con la leyenda del 25 aniversario que celebra este año el colegio. En esta ocasión las interpretaciones del personaje de la historia decorarán las paredes de la biblioteca. Cada clase participante en la iniciativa, como las tres que lo hicieron ayer, se presentan ante la cuentacuentos con un bote de cristal decorado por ellos mismo que se transforma en una forma simbólica de pedir a la especialista que continúe su labor narrativa para que los siguientes puedan escuchar la historia.
Al terminar los alumnos abandonan el lugar de lectura y regresan al aula para dar vida sobre el papel al duendecillo. El proyecto finalizará el 25 de mayo, coincidiendo con las fiestas de Puig d'en Valls. Ese día se publicará un mini-libro con los ganadores de un concurso literario correspondiente a la tercera fase de la iniciativa y que llevará el nombre de «Mi escuela». «A ver si este proyecto sirve para que la biblioteca sea cada vez más un punto de lectura para los alumnos», matizó la jefe de estudios, Edu Sánchez.
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