La Administración insular detiene obras con tal de no molestar a
tres singulares aves acuáticas que constituyen las joyas vivientes
de ses Salines. El pasado año se ordenó el aplazamiento de la
apertura de una zanja en ses Bassetes (Formentera) para que no se
perturbara el descanso de la colonia de picaplatges petit
(charadrius dubius) de Estanyets.
Y en el proyecto de demolición del Trancedance se especifica que
las obras nunca deben acometerse entre abril y julio, porque es en
esa época cuando nidifican el picaplatges camanegre (charadrius
alexandrinus) y el xarraire (himantipus himantipus, o cigüeñuela).
En estas tres aves reside buena parte del valor de ses Salines como
ecosistema, que se perdería si esas colonias desaparecieran como
consecuencia del ruido o de cualquier tipo de amenaza.
Del picaplatges petit es del que menos parejas existen, apenas
10 en Formentera y seis en Eivissa. Su fragilidad es consecuencia
de la dificultad que tiene para encontrar un espacio adecuado a sus
exigencias: sólo anida en aguas salobres (ni dulces ni saladas),
que en las Pitiüses sólo se encuentran en sa Sal Rossa y en
Estanyets. Limícola, se alimenta de los gusanos, insectos y
caracolillos que encuentra en las orillas secas. Los de las orillas
húmedas se los deja a la cigüeñuela. Extremadamente vulnerable, el
picaplatges petit abandona el nido ante cualquier perturbación. El
picaplatges camanegre prefiere, sin embargo, los estanques con
aguas saladas. Es más abundante (unas 120 parejas) que el
petit.
La cigüeñuela no es tan exigente con la salinidad del agua, y
tiene una peculiaridad: cuando se sienten amenazadas se defienden
en grupo del intruso que penetra en la zona donde anidan. Cuando
hace un lustro se celebró la fiesta rociera en ses Salines su
población descendió a la mitad en los estanques próximos: de 90
parejas se pasó a 46.
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