El responsable de la zona militar de Balears, a la salida del edificio de mandos de Sa Coma. Foto: K.T.

El que ha sido durante los últimos tres años y medio general jefe de la Zona Militar de Balears, Tomás Formentín Capilla, visitó ayer el acuartelamiento de Sa Coma para despedirse de los mandos y la tropa. Formentín, que aterrizó en Eivissa a primera hora de la mañana, aprovechó su estancia en el acuartelamiento para saludar a los miembros del batallón y valorar su trabajo y experiencias a lo largo del periodo bajo su mando.

«A mis hombres y mujeres les he dicho la situación actual de la guarnición de Eivissa, sus proyectos de permanencia como la capacidad de acogida de fuerzas de proyección procedentes de otros lugares geográficos en caso de crisis o emergencia o la utilización de parte de las instalaciones para objetivos sociales enfocados a la tropa profesional como residencia de vacaciones, algo que se podría compartir con otras de los países de la Alianza Atlántica». «Llegué en el verano del 98 y tengo que decir que mi estancia en Balears ha sido, dentro de mi carrera militar de 43 años de servicio, el periodo en un mismo destino, lo cual me ha marcado bastante. Tres años y medio que parecen muy poco para un civil para nosotros son una larga experiencia».

Durante su estancia en Balears, Formentín ha tenido a su cargo a un millar de personas, cien de las cuales están en Sa Coma: «Actualmente son más de quinientos cuadros de mando y un número parecido de tropa profesional, y las previsiones de ésta son mejores para este año», resumió el general. «Ahora no tenemos las unidades que son tradición que hayan acompañado en las islas al Regimiento de Infantería Palma 47 con unidades en Menorca, Palma e Eivissa que serían un regimiento de Artillería, una unidad de ingenieros, otra de apoyo logístico, una jefatura de intendencia económica administrativa y las unidades de mando.

Este general, que de momento desconoce su próximo destino y que pasará a situación de reserva en las próximas semanas, dijo que el inicio de la profesionalización en las filas «se ha producido muy rápido» y se mostró optimista con el futuro de las fuerzas armadas: «Creo que vamos a superar esta prueba y que el Ejército profesional va a ser un éxito», predijo durante su visita, en la que también se despidió de las autoridades civiles de las Pitiüses.