UGT y CC OO han firmado un manifiesto que fue presentado ayer en
Eivissa en el que se insta al Gobierno central a no «contemplar
pasivamente» la crisis del sector aéreo provocada por los atentados
del 11 de septiembre y a ayudar a las compañías para intentar
minimizar los costes sociales de esta situación.
Los miembros del comité de empresa de Iberia en Eivissa llevaron
copia del manifiesto a la directora insular de la Administración
del Estado y al conseller de Transports, pero afirmaron actuar no
como trabajadores de su compañía sino como miembros del sector,
precisamente porque todas las empresas están bajo los efectos de
esa misma crisis. Juan García explicó que el objetivo de la
iniciativa es que el Ejecutivo, mediante mecanismos fiscales o
ayudas directas descargue la presión que tienen las empresas, la
mayoría de las cuales han recurrido en las últimas semanas a
expedientes de regulación de empleo para aligerar sus
plantillas.
El manifiesto señala explícitamente que si la oferta de diálogo
no es tenida en cuenta, los trabajadores se verán abocados «a una
etapa de confrontación cuyos costes sociales son imprevisibles y
cuyo balance final sería negativo para todos». «Si no llegamos a un
acuerdo está claro que el sector aéreo no se va a quedar de brazos
cruzados», comentó Jesús Márquez. «Pero que esto no suene como una
amenaza, es sólo una respuesta legítima», añadió.
Márquez comentó que la gente piensa que los trabajadores de
Iberia son unos «privilegiados», pero aclaró que la gran mayoría
pueden llevar veinte años en la compañía y trabajar seis meses al
año por algo más de 150.000 pesetas al mes.
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