El conseller d'Hisenda i Pressuposts del Govern balear, Joan
Mesquida, asegura que no habría ningún problema en modificar los
presupuestos de la Comunitat Autònoma durante el ejercicio 2002
para incluir la previsión de ingresos y sus correspondientes gastos
si a lo largo de ese año pudiera empezar a cobrarse la ecotasa. El
Govern de les Illes Balears confía en que el Tribunal
Constitucional decida levantar la suspensión que actualmente pesa
sobre el impuesto turístico, una decisión que, como comentó el
conseller durante su visita a Eivissa esta semana, no implica
necesariamente que el Alto Tribunal considere el tributo
constitucional, sino que autoriza a que se aplique mientras se
resuelve el fondo del asunto.
«El Constitucional da mucha importancia a que los sujetos
pasivos estén perfectamente identificados y se les pueda devolver
el dinero en caso de que en seis, siete u ocho años se declare el
impuesto inconstitucional. La debilidad de la ecotasa -argumenta el
conseller- es que los sujetos pasivos son las personas que
pernoctan. Sería una locura devolver cantidades de 1.000 pesetas a
los once millones de turistas que llegan cada año. Pero hay un
argumento que hemos utilizado en la contestación del recurso que es
la desproporción existente entre el perjuicio individual causado
por una hipotética sentencia de inconstitucionalidad y el perjuicio
colectivo de no poder dedicar 10.000 millones de pesetas al año a
protección medioambiental durante ocho años».
Mesquida, que defendió la plena constitucionalidad de esta
medida, cree que el Alto Tribunal debería entender que el peligro
se encuentra en que si dentro de ocho años (los que puede tardar la
decisión) se declara perfectamente legal la ecotasa, podría suceder
que el entorno estuviera ya tan degradado que resultara
irreparable.
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