A pesar de que gramaticalmente es masculino, la paulatina incorporación de la mujer al mundo laboral ha logrado que esta pieza emblemática e identificativa para muchos profesionales vinculados a los medios de transporte haya perdido en los últimos años esa característica. Aunque de una forma lenta y discreta, cada vez es mayor el número de mujeres que se deciden por el volante a la hora de orientar su futuro laboral. Este es el caso de María José, Fina y Noelia e Isabel que continúan llamando la atención en sus respectivos puestos de trabajo por ser mujeres.
Dedicadas al taxi, las ambulancias y el autobús respectivamente, estas cuatro mujeres son un buen ejemplo de profesionales que disfrutan con sus respectivos trabajos en los que el contacto con la gente se realiza siempre a través del volante de un vehículo. «Fundamentalmente te tiene que gustar conducir y estar con la gente», resume María José Linares, quien se dedica al taxi desde hace once años principalmente en turno de noche. «Empecé un poco por casualidad siguiendo los pasos de mi padre», dice, «y no creo que sea un trabajo masculino. El taxi es más bien peligroso, siempre estás expuesto a algún peligro, sobre todo si trabajas de noche, porque descubres la otra cara de las calles, la delincuencia, las drogas y todo un mundo que hasta que empecé en el taxi desconocía», comenta María José, para quien su puesto al frente del número 77 de la parada de Bartolomé Roselló también le brinda bastante libertad de movimientos y la posibilidad de conocer a mucha gente: «Lo prefiero a estar ocho horas metida en una oficina», confiesa.
En este último punto coincide también Isabel López, conductora de Voramar-El Gaucho desde hace cinco años, que en estos momentos cubre la línea 12 que une Eivissa con Puig d'en Valls y Jesús. «Todos los trabajos tienen sus cosas buenas y malas. He desempeñado labores como camarera, ayudante de cocina y cuidando a niños y ancianos y he disfrutado en todos ellos porque estoy contenta con todo lo que hago», resume Isabel, a quien le gusta ver la vida desde el autobús. «Desde aquí todo se percibe más claro y me siento más segura», explica esta fémina que confiesa no haber visto nunca diferencias entre las capacidades de un hombre y una mujer a la hora de desempeñar los distintos empleos. «Somos iguales. Sólo es cuestión de querer desempeñar cualquier labor y ponerse manos a la obra para conseguirlo», sentencia. Este lema se lo aplicó a sí misma cuando casi por una apuesta con uno de los encargados de la empresa para la que trabaja le garantizó un puesto si aprobaba el permiso correspondiente.
En el ámbito sanitario Fina Planells y Noelia Rodríguez conducen a diario dos de los vehículos de Ambulancias Insulares. Fina realiza servicios programados, salidas de gente del hospital, desplazamientos para rehabilitación y otro tipo de traslados, y Noelia, emergencias. «Nuestro trabajo es precioso y arriesgado a la vez porque nunca sabes cómo va a reaccionar la gente a la que transportas», comentan ambas. Con una experiencia de año y medio Fina, y dos años Noelia, ésta última es la primera mujer que realiza transporte de emergencias sanitarias en Eivissa: «Los servicios de emergencia no son complicados, hay que tener sangre fría», explica esta joven que desarrolla su labor sin problemas.
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