J. M. R. El I Congrés Rural de les Illes Balears, que se ha celebrado durante tres días en Palma, concluyó ayer con la entrega de los Premis del Camp, uno de los cuales fue otorgado al agricultor ibicenco Pere Ferrer Ferrer, de sa Caseta, por su trayectoria profesional.

El galardón, que le fue entregado por el conseller insular d'Agricultura, Vicent Tur, reconoce una trayectoria de más de cincuenta años de dedicación exclusiva al mundo rural. Este profesional encarna, asimismo, a toda una generación de agricultores de las Pitiüses. Vicent Tur destacó de Ferrer que es un «agricultor de toda la vida», así como su vinculación con la extinta cooperativa es Nostro Camp, que nació en los albores de la democracia: «Siempre ha estado al pie del cañón», destacó del presidente del Consell Agrari. «Mientras otros abandonaban el campo -añadió Tur-, él apostó por la agricultura y por modernizarla». Otro de los pioneros de es Nostro Camp, Antoni Planells, Malalt, tampoco dudó en alabar la trayectoria de Pere Ferrer.

Además de ese premio, el I Congrés Rural otorgó otros, cada uno de ellos dotado con medio millón de pesetas. El conseller d'Agricultura, Mateu Morro, El conseller Morro destacó en el acto de clausura la alta participación, sobre todo de jóvenes, y sugirió que la clave de cualquier política agraria «debe ser fruto de un trabajo conjunto de todo el sector»: «Este congreso no es una meta de llegada, sino un punto de partida; de hecho, ya se prepara la próxima cita»

Un agricultor innovador
Pere Ferrer nació en Santa Eulària en el año 1934. Quienes le conocen le califican de «agricultor innovador». Así, en 1956 sembró 3.500 kilos de patata inglesa, lo que le permitió exportar en abundancia ese tubérculo durante más de un lustro, y fue uno de los primeros agricultores que instaló un sistema de goteo en su explotación. También fue vicepresidente de es Nostro Camp, una cooperativa que fue acosada sin piedad por las instituciones tanto en los estertores del régimen franquista como en los primeros años de la democracia. El hecho de que un millar de profesionales del campo se organizaran era visto con recelo por el Estado. Desde el mundo agrario se destaca de Pere Ferrer su empeño en vivir del campo mientras otros prefirieron abandonarlo seducidos por los beneficios del turismo.