Mateo Horrach explicó ayer a los vecinos las medidas que se adoptan. Foto: M.F.

El gerente del Instituto Balear de Saneamiento (Ibasan), Mateo Horrach, prometió ayer a los vecinos del Port de Sant Miquel y al alcalde de Sant Joan que antes del 15 de noviembre comenzarán las obras para que la estación depuradora de aguas residuales no vuelva a heder ni a verter aguas fecales en las proximidades, un problema que se repitió continuamente el pasado verano.

Según explicó el director territorial del Ibasan, Ramon Mayol, esa instalación tiene un grave defecto de diseño que se encargará de reparar la misma empresa que la construyó. Al parecer, las otras dos depuradoras construidas por esa empresa, ambas en Cataluña, también tenían el mismo defecto.

El plan de actuación del Ibasan pasa, primero, por adecuar una salida de emergencia para las aguas que llegan a la estación, así como por crear un emisario. Este último tardará al menos dos años en ejecutarse. Los buzos ya han inspeccionado los alrededores para decidir por dónde es más adecuado que transcurra. Además, las obras afectarán al proceso de depuración, ahora mermado por una serie de fallos. Finalmente, se debe construir una balsa reguladora para poder aprovechar el agua depurada para el riego, si bien eso ya es cuestión de la Conselleria d'Agricultura, según recordó Mayol.