Un año más los amantes de las motos de época han acudido puntuales
a su cita con Formentera. Es una tradición que se repite año tras
año a finales de octubre, es una concentración de viejas glorias de
las dos ruedas cuando no son, como en el caso de los sidecars, tres
las ruedas que sustentan el ingenio. Este año, como novedad, el
sábado por la tarde se celebró una gincana que mezclaba preguntas
sobre la geografía y la historia de Formentera con conocimientos de
mecánica.
El día grande fue ayer. Los participantes partieron de la Savina
y se dirigieron por la carretera principal hasta Sant Ferran, de
ahí a Es Pujols y bordeando s'Estany Pudent se dirigieron de nuevo
hacia Sant Francesc donde tomaron el camino hacia es Cap de
Barbaria. De ahí los atrevidos jinetes de gloriosas antiguallas se
habían de dirigir hasta el faro de la Mola y posteriormente, tras
haber hecho un alto para comer, y otro en Sant Francesc, vuelta a
la Savina para regresar, en su inmensa mayoría a Eivissa.
Para los nostálgicos señalar que las Bultaco Metralla o las
Montesa Impala, se codeaban con diversos productos igualmente
nacionales surgidos de fábricas tan emblemáticas como Ossa, Derbi,
Sanglas o Rieju. Y a su lado no faltaban las Ducati, las Hispano
Guzzi, las MV o las Laverda, una Isomat o productos tan
genuinamente británicos como una BSA con sidecar con más de
cincuenta años de carreteras en sus ruedas. Asimismo, destacar la
presencia de viejas Mobylette, Peugeot, Vespas y, sobre todo, esos
raros y oscuros objetos del deseo como son una Colomet mallorquina,
una Cofersa equipada con un motor Hispano Villiers o una
prácticamente desconocida MAF recién restaurada y que pisaba por
primera vez Formentera.
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