François Gasse es una persona que tiene la suerte de ejercer la vocación que más le gusta: dar vida. «Vengo de una familia que procede de Àfrica. Mi padre era juez colonial y yo y mis tres hermanos crecimos allí. Eso fue la base de mi vida y pienso que cuando uno ha pasado parte de su vida en Àfrica, descubre una luz que le coge y hace que quiera realizar todo su trabajo allí», confesó. Con una vocación muy temprana de trabajar ayudando a los demás, cambió su idea inicial de ser granjero en Àfrica por la de ser médico:« Hice Medicina en Marsella y prácticas en Afganistán. Cuando acabé la carrera me fui a América a estudiar Salud Pública, curso necesario para entrar en la OMS además de tener experiencia. Poco tiempo después encontré trabajo en la organización», recordó este afable amante de la isla que ahora trabaja para Unicef.

François Gasse es una de las personas que mejor conoce los problemas sanitarios del Tercer Mundo. Desde su graduación en 1973 ha trabajado duro primero en la Organización Mundial de la Salud (OMS), durante 16 años y desde hace tres años para Unicef.

"¿Cómo comenzó su lucha contra el tétanos?
"Ingresé en la OMS en 1981 y estuve ayudando en la sede regional de Àfrica durante tres años.Yo quería estar en el Tercer Mundo, no en la sede central de Ginebra donde mi apellido era François el africano. En el 83 mi jefe me dio dos mes para decidir mi futuro. Revisé numerosa documentación y descubrí el tétanos neonatal.

"¿Podría definirlo?
"Es el tétanos de recién nacido, que se produce porque la mayoría de las mujeres de los países pobres dan a luz en sus casas sin ayuda y aplican utensilios sobre el cordón umbilical portadores del tétanos. En la Biblia se cita la 'muerte de los siete días'. Es una enfermedad muy antigua que se puede prevenir con la vacunación.

"¿Qué mejoras ha conseguido?
"Cuando empecé a trabajar en el programa de vacunación del tétanos neonatal en 1985 morían al año 800.000 recién nacidos y 90.000 madres. Hoy han bajado a 200.000.

"¿Algún truco?
"El programa que se aplicaba antes de mi llegada a la OMS se dedicaba únicamente a los niños cuando habían nacido. Nadie se había dado cuenta de que para prevenir esa enfermedad había que vacunar primero a las madres.

"¿A cuántos países afecta en la actualidad?
"De 160 hemos pasado a 55. La mayoría de los casos se dan en los países del Sudeste asiático: India, Indonesia, Pakistán, Bangladesh. Toca a las gentes más pobres. Es una dolencia muy antropológica, sus síntomas comienzan al tercer día de nacer el bebé: el niño deja de mamar, y después tiene convulsiones... La gente pensaba que era un castigo de Dios.

"¿Dónde está el toque Gasse del programa?
"Dibujo estrategias, mido progresos, organizo cursillos de formación, planifico y pongo en marcha estudios que validan lo que se ha hecho para hacer ver a los políticos la importancia de la enfermedad para que la incluyan dentro de sus agendas y , además, intento mover fondos.

"¿Cuánto cuesta la vacuna?
"Con un dólar podemos aplicar tres vacunas y con ellas la madre no va a tener tétanos durante 15 años. Es una vacuna muy efectiva y barata. Hoy en día no se puede aceptar que una madre muera dando a luz. Aquí no sucede.

"¿Qué opina de movimientos como el del 0'7%?
"Soy muy práctico y si doy dinero tiene que ser para un programa bien planteado y gestionado. Dar únicamente dinero a un país no es la solución. Yo creo que la primera enfermedad a erradicar en el mundo es la mala gestión.

"¿En qué invertiría fondos de esta naturaleza?
"La educación a largo plazo es prioritaria. Una población educada va a desarrollar un país. Mi programa es útil porque también forma a la gente para gestionar un programa y obtener buenos resultados.