Para muchos de los visitantes que ayer acudieron hasta la finca Can Caus de Santa Gertrudis a visitar la 'Fira de Bestiar' el olor a granja y animales les transportó muchos años atrás, cuando la mayoría de los habitantes de Eivissa vivían en pleno campo rodeados de bestias de trabajo. Un paseo por los 6.500 metros cuadrados que forman parte de la tercera edición de esta muestra ganadera, organizada por Companatge, acerca al visitante un conjunto de caballos, burros, ponys, cerdos, ovejas, gallos y gallinas, patos y muchas cabras, que comparten espacio junto a ejemplares tan exóticos como un pavo real o una avestruz.
Durante el acto de inauguración celebrado ayer, el organizador de esta muestra ganadera, Juan Luis Ferrá, se mostró satisfecho con su desarrollo. «Si antes éramos optimistas, ahora lo somos mucho más. El buen tiempo nos está acompañando y la afluencia de gente se anima. Esperamos que visiten la Fira entre diez y quince mil personas», comentó. Aunque el público acudió hasta la finca Can Caus a visitar las instalaciones a lo largo de toda la mañana, la inauguración oficial de la feria se produjo con cierto retraso pasado el mediodía debido a la tardanza del conseller d'Agricultura y vicepresidente del Consell, Vicent Tur. Éste coincidió con un puntual alcalde y primer teniente de alcalde de Sante Eulària, Vicent Guasch y Vicent Riera, respectivamente, entre otras autoridades que recorrieron todas las instalaciones acompañados de Juan Luis Ferrá interesándose por las diferentes especies expuestas al público.
«Perseguimos el resurgir del campo y la ganadería en Eivissa porque están muy olvidadas, y queremos crear afición para que haya gente que se anime a hacer algo de mayor tamaño e importancia», dijo el organizador. En esta tercera 'Fira de Bestiar' la principal novedad ha sido el impulso que ha adquirido tras la suspención de la edición del año pasado debido al mal de la 'lengua azul'. Con la ayuda y colaboración de asociaciones y cooperativas agrícolas de la isla y varios particulares la idea de esta reunión ganadera es, según explicó Ferrá, «que se haga un pequeño mercado de animales vivos».
De hecho en muchos de los puestos de exhibición de la feria había carteles que hacían alusión a la venta de animales como palomas a 1.000 pesetas o gallinas a 2.800. La ganadería de Can Roig de Pí, que acudió con varios bellos ejemplares de caballo de raza española e hispano árabe entre los que figura un potro, también ofrecía al público puras sangre por alrededor de 2'5 millones de pesetas. Esta muestra organizada por Companatge en colaboración con el Ayuntamiento de Santa Eulària y el Consell Insular, cerrará esta tarde sus puertas.
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