El concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Eivissa, Joan Bonet, explicó ayer que la obra para instalar la canalización subterránea de los combustibles que se descarguen en el futuro dique de Botafoc hasta las instalaciones de Gesa, CLH y Repsol va a suponer un «intenso y complicado trabajo de coordinación» entre todos los afectados, que se reunieron ayer en el Consistorio para tratar de definir el proyecto. Por la zona donde van a discurrir estos tubos (bajo la avenida 8 d'Agost) también hay canalizaciones del Ibaen, por la desaladora; del Ibasan, por la depuradora y de Sogesur, por la red de agua. Los tubos de combustible deberán respetar las instalaciones que ya discurren bajo el firme en la actualidad.

A fin de coordinar todas las necesidades en un solo proyecto Bonet adelantó que «en el plazo de 10 o 12 días habrá una reunión de técnicos del Ayuntamiento y de las empresas afectadas directa e indirectamente en el que se analizará el estudio de la empresa que va a ser la responsable de redactar el proyecto final». Bonet aseguró que todavía no se han puesto plazos sobre esta obra, directamente vinculada al dique de la Autoritat Portuària, porque «no hay un proyecto definitivo a día de hoy».

La necesidad en anchura del trazado de todas estas canalizaciones se estima en torno a los siete metros en una avenida que tiene unos 16 metros de calzada. Este dato da una idea de lo que supondrá levantar la avenida 8'Agost, obra que repercutirá de manera directa en el tráfico rodado. «Es un proyecto muy complicado», reconoció el concejal porque «es un terreno urbano y municipal donde ya hay servicios que hay que respetar».