La víspera del día grande de las fiestas de Sant Rafel volvió a estar marcada por la tradición. En el colegio público de la localidad un año más un grupo de madres de los alumnos volvió a cocinar tres grandes ollas de chocolate casero y humeante para obsequiar a los más de 130 alumnos del centro. La hora del recreo y el patio de juegos fue el lugar en el que los profesores alinearon a sus alumnos para que de manera ordenada accediesen a la degustación de chocolate acompañada de pequeños packs de galletas.

La receta de tan sabroso tentempié para hacer frente al viento que ayer soplaba en Sant Rafel, estaba compuesta por treinta litros de leche, veinticinco tabletas de chocolate y azúcar, del que se obtuvieron alrededor de setenta litros de chocolate del que dieron buena cuenta alumnos y profesores del centro que repitieron la degustación.

Los alumnos de educación infantil tuvieron una zona reservada a su medida, y fueron los alumnos más tranquilos a la hora de saborear los vasos con el chocolate caliente.

La mañana se completó con el desarrollo de numerosos juegos y pruebas deportivas para las que los chavales contaron con numerosa energía.