El malestar provocado en el entorno ecologista por la no aprobación del Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) de ses Salines va a tener su primera repercusión seria en materia de carreteras. La formación Els Verds, cuyo voto en el Consell resulta absolutamente imprescindible para poder aceptar las transferencias en materia viaria, ha hecho saber al Pacte Progressista que cualquier principio de acuerdo alcanzado en las últimas semanas es, en estos momentos, papel mojado.

Los progresistas han llevado a pleno dos veces la aceptación de las competencias de carreteras. En ambas ocasiones han cosechado una aprobación por mayoría simple, cuando la ley exige la absoluta. El sí del conseller Joan Buades sería suficiente para que la institución pitiusa recibiera el próximo año la gestión de sus carreteras con una dotación económica que, por primera vez, ha sido considerada a priori como suficiente por las formaciones de la oposición. Pero, por un efecto carambola, las competencias vuelven a estas fuera del alcance del equipo de gobierno de la presidenta Pilar Costa.

Buades asegura que la situación no pilla por sorpresa a los progresistas porque el vicepresidente primero del Consell, Vicent Tur, fue advertido de lo que podía ocurrir. «Le dijimos que hiciera saber que sin la aprobación del PORN de ses Salines no hay posibilidad alguna de que apoyemos el traspaso de carreteras. Ya se lo comentamos porque lo del PORN se estaba poniendo mal», comenta Buades. Y tan mal. La consellera de Medi Ambient, Margalida Rosselló, vio la semana pasada cómo se rechazaba por tercera vez consecutiva el texto proteccionista. Els Verds mantiene claras sus aspiraciones: PORN y más dinero en bienestar social a cambio de su voto en carreteras.