No, no. Nosotros sólo lo alquilamos hasta mayo, en junio el piso tendría que estar libre porque llega el verano». Esta es la respuesta con la que uno se encuentra repetidas veces al llamar al anuncio de alquiler de una casa, apartamento o piso. A muy pocos les interesa arrendar una vivienda durante todo el año. Los beneficios que obtiene en la temporada estival les hacen pensar a los arrendadores el hecho de firmar contratos anuales. Una época en la que los edificios comienzan a quedarse vacíos pero que, aún así, la empresa de ponerse a encontrar un lugar donde vivir se convierte en una ardua tarea. Ultima Hora Ibiza y Formentera ha investigado los problemas más comunes con los que se encuentra el interesado.
Lucilla Casini es una italiana que siempre había venido a Eivissa para trabajar en verano. Pero este año ha preferido hacerlo también en invierno. «Antes vivía con amigas, pero han ido haciendo su vida, se han comprado casa...Y llevo siete años sola. Busco un apartamento que me salga por 50 ó 60.000 pesetas al mes por la zona de Jesús o Eivissa. Pero es imposible, los precios son de locos, no sólo para el turista, también para el trabajador. Aún así todos sabemos que esta es una isla muy cara. Los que corresponden con el precio apuntado sólo se alquilan para los meses de invierno».
Unas dificultades similares encuentra Maribel Àlvarez, una mujer que trabaja de coordinadora técnica en una empresa y que lleva dos meses buscando casa. «No hay forma de encontrar apartamento para todo el año. Sólo se arrendan de octubre a mayo porque interesa luego llenarse los bolsillos en verano. Los pocos que hay para los doce meses son impagables y la calidad es deplorable. El otro día estuve en uno que me dieron ganas de salir corriendo». Por una situación similar atraviesa Homger Fajardo, pero él es padre de familia: «Somos cuatro personas y queremos un piso por el centro de Eivissa. Mi mujer trabaja por esa zona y le gustaría estar cerca del puesto de trabajo. Lo que no puede ser es que te digan que en mayo te echan; les da igual si les cuidas la vivienda o no, y es una lástima porque mucha mano de obra huye de la isla por este motivo».
Los adjetivos más comunes que se encuentran en las paradas de autobús, farolas, tablones, vehículos o anuncios por palabras para ilustrar tanto las demandas como las ofertas de alquileres son similares a estos: los que buscan piso se venden como responsables, limpios o serios; los propietarios piden personas solventes, con nómina, preferiblemente funcionarios o profesores y con buena presencia. Un cruce de intereses que en las Pitiüses desemboca en una búsqueda interminable entre la escasa oferta existente.
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