El consumo de dulces y de bollería es muy elevado entre la
población de Eivissa y Formentera. Este dato contrasta con que el
20 por ciento de la población que realizaba una dieta en el momento
que se realizó la encuesta. En el caso de las mujeres, el motivo de
la dieta era por una cuestión estética y en los hombres por
necesidades de salud. Estas son algunos de los datos del estudio
sobre el estado de alimentación y nutrición en Eivissa y Formentera
elaborado por tres expertos en nutrición humana y dietética: Marta
García, María Colomer y como coautor Manuel Moñino.
Las conclusiones del estudio revelan que el aporte de grasas y
proteínas animales es bastante alto en nuestra alimentación, pero
pobre en hidratos de carbono con lo que se siguen patrones de poco
consumo de pan, arroces, patatas y, sobre todo legumbres. Así, la
población de Eivissa lleva un patrón de dieta mediterránea, «pero
está cambiando al aumentar el aporte de carnes y grasas saturadas»,
señaló Moñino. No obstante, hay un aumento importante de consumo de
frutas y verduras. Las ingestas inadecuadas de alimentos pueden
ocasionar problemas por la falta de hierro, calcio y magnesio.
Los resultados del estudio se dieron a conocer ayer en la
clausura del curso sobre política alimentaria de la II Universitat
d'Estiu que se celebra en la Extensión de la Universitat de les
Illes Balears en Eivissa. Los autores precisan que «no hay ningún
dato que llame la atención porque sea exclusivo de la sociedad de
las Pitiüses», sino que son similares a otros estudios
epidemiológicos realizados. El trabajo, que se elaboró durante un
año, se realizó a través de encuestas que recogía información de
150 personas.
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